¿Sabías que el 84% de las otitis externas que se producen en verano se contagian en playas y piscinas a través de bacterias (u hongos)? ¡La combinación de agua y calor favorece su propagación! Aún así, aunque la calidad del agua es determinante para la aparición de la otitis, en ocasiones, las bacterias se encuentran en el propio oído esperando a que se den las condiciones idóneas para su desarrollo. En este caso, cualquier baño podría motivar la aparición de una otitis externa, aunque el agua se encuentre limpia.

De entre todos los grupos de población, los niños son los más vulnerables a padecer otitis, ya que además de pasar muchas horas en el agua, sus trompas de Eustaquio también son más cortas y los agentes infecciosos alcanzan con mayor facilidad el oído medio.

La inflamación producida por la otitis es molesta y dolorosa. Por eso, vale la pena prevenir su siguiendo unas sencillas recomendaciones a la hora de bañarte:

  • Intenta no sumergirte demasiado cuando te bañes.
  • Limpia tus oídos con cuidado: si utilizas objetos contundentes o introduces bastoncillos hasta el fondo, se pueden producir daños en la piel interna del oído, dejando las puertas abiertas a la infección.
  • Báñate en lugares donde tengas una mínima garantía de que el agua ha sido tratada de forma adecuada.
  • Después de bañarte, sécate los oídos suavemente con el pico de una toalla o con una gasa.

Si aún siguiendo estos consejos, no puedes evitar contraer otitis, es importante acudir al médico. ¡Recuerda que es fundamental no tomar antibióticos sin prescripción médica puesto que, aunque se trate de una enfermedad de origen microbiológico, la mayoría de estas bacterias no son sensibles a este tipo de fármacos!

Por último, ten en cuenta que es fundamental curar totalmente la infección ya que, si no se trata de forma correcta, puede reaparecer con más agresividad.

¿Quieres prevenir o tratar la otitis? ¡Ven a la farmacia y te ayudaremos! 🙂