Dejar de amamantar no tiene por qué ser difícil. Lo cierto es que se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y la lactancia materna combinada con alimentos sólidos hasta como mínimo el primer año de vida.

Disminuir gradualmente la frecuencia con la que amamantas todos los días hará que tu producción de leche disminuya de forma gradual, y así evitarás la famosa ingurgitación y congestión mamaria.

Dejar de ofrecer el pecho y disminuir la frecuencia gradualmente

Quizás te sea más fácil interrumpir primero una toma al mediodía, después de un almuerzo de comida sólida, tu hijo podría interesarse por otra actividad y, de manera natural, ir abandonando esta sesión.

Un consejo que funciona, según cuentan las madres, al  principio del proceso es dejar de ofrecer pecho, que no es lo mismo que dejar de dar pecho.

No forzar e incorporar nuevas actividades

Si nos negamos a lactar cuando el bebé lo pide puede aumentar la atención e interés del bebé en amamantar. Si quiere lactar, hazlo. Luego, distráelo con otros alimentos, actividades y juguetes en momentos en los que solía mamar.

El destete es algo que se lleva a cabo de manera gradual y progresiva, y no bruscamente. Por esa razón, hablamos de destete respetuoso, para referirse a una forma de cesar la lactancia implicando el menor impacto posible en las pequeñas y pequeños de la casa.

Paciencia y cariño

Es importante recordar que no sólo se trata de  alimentación, también es un espacio de contacto y cariño, por lo que también se le puede entregar confort y consuelo a través de abrazos, arrullos, sonidos, etc.

Es común que los destetes no sean dulces ni alegres, no te estreses ni preocupes si toma mucho tiempo y llantos. Si tienes dudas, estaremos encantadas de ayudarte en el proceso de destete.