¿Sabías que en tan solo 30 años, el número de casos de piel atópica se ha triplicado en los países occidentales? ¿Y que ya se ha convertido en uno de los objetos de estudio más importantes para los dermatólogos?

La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel crónica y no contagiosa que se caracteriza por sufrir una sequedad extrema e irritación de la piel. Suelen ser comunes las pequeñas erupciones, incluso en el cuero cabelludo, que provocan picor severo. Como consecuencia, la dermatitis atópica suele tener un impacto negativo en la calidad de vida de quienes la padecen, llegando a ocasionar problemas en la autoestima e incluso falta de sueño.

 

¿Cuáles son sus causas?

Según demuestran los estudios, la piel atópica se desarrolla a partir de condiciones genéticas y también se relaciona con:

  • Un sistema inmunológico débil: la piel se vuelve más permeable y permite la entrada de alérgenos (ácaros, pelo de animales, polen…) y algunas bacterias que causan reacciones inflamatorias.

  • Los alérgenos alimentarios: la leche de vaca, el huevo u otros alimentos están involucrados en el sistema digestivo y desencadenan algunos ataques de eccema. 
  • Otros factores, como los productos químicos aplicados en la piel, el calor o la transpiración, son irritantes y pueden desencadenar brotes de eccema.

 

¿Cuál es su evolución?

Si el eccema atópico se manifiesta a los 2 o 3 meses, aparecen manchas rojas localizadas en las mejillas, manos y, posteriormente, en las articulaciones, como codos y rodillas. 

Más tarde, la dermatitis de contacto progresa en brotes durante 1 y 2 años. En este caso la piel presenta sequedad extrema, cosa que produce picor severo y afecta al descanso y a la calidad de vida de la persona que lo sufre. Al cabo de unos años, también se pueden desarrollar otras manifestaciones de atopia, como rinitis y/o asma alérgica.

La comunidad científica recomienda atender desde el nacimiento la piel atópica. Sobre todo, en recién nacidos que aún no están afectados pero que tienen una predisposición genética (por padres o hermanos con piel atópica).

 

¿Qué hacer para combatir la piel atópica?

Actuar de forma inmediata para interrumpir la evolución de la dermatitis es clave. Por eso, es fundamental contactar con un dermatólogo con el fin de controlar su evolución.

Además, para limitar su evolución se debe intervenir con rapidez e incidiendo de forma específica, ya que cada brote inflamatorio de dermatitis atópica favorece nuevas recaídas. Para tratar cada brote de forma radical:

  • Usa un tratamiento farmacológico recomendado por tu dermatólog@.
  • Evita factores que puedan suponer una reacción inflamatoria: ácaros, polen, pelos y plumas de animales, así como la exposición al tabaco.
  • Utiliza ropa de algodón y evita la lana y las fibras sintéticas.
  • Reduce el uso de detergente para lavar la ropa.
  • Adecua la temperatura del hogar (19-20°C) y humedece con regularidad la atmósfera. 
  • Mantén el ambiente fresco, ya sea ventilando los espacios, o bien, extendiendo una toalla mojada por las habitaciones durante la noche. 
  • Incrementa la actividad física, a menos que la sudoración excesiva aumente el picor. 
  • Realiza un cuidado diario de la piel antes de aplicar las cremas específicas.

 

¿Tienes dudas sobre la piel atópica? ¡Contacta con nosotr@s y te ayudaremos! 😉