A veces la lactancia materna parece sencilla y natural. Sin embargo, no siempre es fácil empezar. Pero es como cualquier otra cosa, sólo requiere práctica. Esto es lo que debes saber sobre los primeros días de lactancia.

Poca leche.. ¡pero perfecta para el bebé!

Cuando el bebé nace, todavía no produces leche, sino el llamado calostro, un líquido transparente que ayuda a satisfacer las necesidades del bebé. No te preocupes porque no sea lo suficientemente nutritivo: su composición está adaptada a tu recién nacido. Sólo a partir del tercer o cuarto día se produce la subida de la leche. No te preocupes, no hay riesgo de que pase desapercibido.

Un aprendizaje para ti…

Encontrar la posición correcta para amamantar, entender cómo debe agarrarse el bebé, cuándo tiene hambre, todo esto llevará tiempo. Lo intentarás… y no necesariamente tendrás éxito: pide ayuda a las matronas del hospital, ellas podrán ayudarte. Si bien es normal tener un poco de dolor en los pezones -una sensación de tirón, de hormigueo-, la lactancia no debe doler constantemente. Si lo hace, probablemente sea porque tu bebé simplemente no está tomando bien el pecho. Anímate, los pequeños dolores de los primeros días deberían desaparecer al cabo de unos días: deja que les dé el aire posible y utiliza una crema a base de lanolina.

…i un aprendizaje para el recién nacido

Si hay niños que maman vigorosamente desde que nacen, hay otros que necesitan más tiempo… Mantén la esperanza y ten paciencia, con tiempo y práctica, tu bebé entenderá cómo debe mamar. Lo ideal es poner al bebé al pecho nada más nacer, en menos de una hora, o más exactamente mantenerlo piel con piel para que busque y encuentre tu pecho: esto aumenta las posibilidades de que se establezca la lactancia.

Para facilitar la alimentación, intenta poner a tu bebé al pecho a las primeras señales de excitación, ya que cuando llore será demasiado tarde: estará demasiado alterado para hacerlo.

Para facilitar la alimentación, intenta poner a tu bebé al pecho a las primeras señales de excitación, ya que cuando llore será demasiado tarde: estará demasiado alterado para hacerlo.

Las primeras tomas, ¡son intensas! 

Puede que sientas que tu bebé está pendiente de tu pecho todo el tiempo, y por una buena razón: ¡es cierto! El calostro se digiere muy rápidamente y el estómago del bebé es muy pequeño al nacer. Por lo tanto, necesita comer poco y muy a menudo. Para que te hagas una idea, en el tercer día, el estómago de tu recién nacido tiene el tamaño de una nuez. Los primeros días no son necesariamente fáciles, pero hay que tener paciencia. Es fundamental rodearse de personas que te apoyen y que sepan animarte cuando tengas dudas. Y ya verás, tú también vivirás momentos de gran felicidad al compartir este vínculo tan especial con tu bebé.