Entendemos como adherencia al tratamiento al cumplimiento del mismo; es decir, tomar la medicación tal y como se ha prescrito, al pie de la letra, con la dosificación correcta y el tiempo establecido. Se estima que en los países desarrollados, sólo el 50% de los pacientes con enfermedades crónicas cumplen con el tratamiento. 

La OMS ha situado la adherencia al tratamiento como un problema de salud pública y por esta razón, se deben poner los esfuerzos necesarios para mejorar la salud de la población.

La falta de adherencia al tratamiento comporta varias consecuencias:

  1. Empeoramiento de la calidad de vida del paciente
  2. Falta de control de la enfermedad
  3. Mayor probabilidad de recaída
  4. Aparición de efectos secundarios
  5. Intoxicaciones

Además, también puede comportar una falta de racionalización del gasto farmacéutico y sanitario. Desde un punto de vista médico puede llegar a comportar que los tratamientos se vuelvan ineficaces debido a la aparición de resistencias.

A continuación veremos una serie de consejos que los pacientes pueden seguir para así favorecer a la adherencia del tratamiento:

  1. Participación en grupos de apoyo en que se identifiquen modos de afrontar las dificultades
  2. Adopción de un sentido de responsabilidad en cuanto a la administración del tratamiento
  3. Involucración de la familia y amigos del paciente en la adherencia del tratamiento
  4. Se debe entender que el tratamiento es un proceso continuado y que los esfuerzos se traducirán en una mayor calidad de vida
  5. No salir nunca, bajo ningún concepto, de la consulta del médico con dudas.

La adherencia al tratamiento siempre ha sido importantísima, no obstante, en un periodo de pandemia como en el que lamentablemente nos encontramos actualmente, lo es aún más. Vale la pena destacar que cuando se habla de adherencia al medicamento no solo se refiere a “tomar pastillas”, sino que engloba tanto los fármacos como no fármacos.